lunes, 5 de enero de 2015

HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS: El pálido y diminuto círculo vicioso.

“Quizá no exista mayor demostración de la locura de la presunción humana que esta distante imagen de nuestro diminuto planeta. Para mí, recalca nuestra responsabilidad de lidiar más amablemente los unos con los otro para preservar y cuidar ese diminuto y pálido punto azul, el único hogar que hemos conocido.”

Carl Sagan (Pálido punto azul: Una visión del futuro humano en el espacio)

¿Sería acaso demasiado cínico de mi parte criticar el grado de dependencia que existe hacia las redes sociales cuando al terminar de redactar esta pregunta espere revise alguna notificación en mi página de facebook? Es esa naturaleza fisiológica que este fenómeno ha obtenido con el paso de los años que el canadiense Jason Reitman ha querido retratar en su último trabajo, esperando así recuperarse de “Young Adult” (2011) y “Labor Day” (2013), cintas cuyo importante reparto aligeró la injusta, al menos para la primera, caída comercial y de crítica de la que fueron víctimas.

Y es justamente ese uno de los problemas con “Hombre, Mujeres y Niños”: el trabajo del reparto juvenil (Diver, Elgort, Kampouris y Tope) dista mucho del experimentado (Garner, Sandler, DeWitt, Greer, Norris y Simmons), atentando así contra la armonía necesaria para una obra de estas características, donde el conflicto de cada personaje está fuertemente interrelacionado tanto narrativa como emocionalmente (véase “Magnolia” de Anderson o, en menor medida, “Crash” de Haggis).



Aunado a eso, existen secuencias cuya realización no hacen justicia al clímax que intentan mostrar. De ellas, puedo mencionar un intento de suicidio con pastillas y una rara muestra de autoestima por parte de una anoréxica adolescente. Y si bien ambas son, en parte, consecuencia del primer problema (reparto juvenil), creo que algo se pudo hacer para darle a cada momento un desarrollo más sugerente y emotivo. Es decir, me conmueve y choca más ver a los afectados de una crisis que a las víctimas de la misma. Just sayin´.

Bajo la introducción en off de Emma Thompson, “Hombres, Mujeres y Niños” es una película con una interesante estructura coral y una necesaria temática social, para lo cual Reitman se sirvió de sus ya habituales colaboradores en montaje (Dana E. Glauberman) y cinematografía (Eric Steelberg), haciendo que las casi dos horas de metraje tengan la fluidez y atmósfera necesarias para recordarnos los mejores momentos de su filmografía con “Up in the air” (2009), “Juno” (2003) y, discutiblemente, “Young Adult”.






Con un correcto carácter reflexivo, “Hombres, Mujeres y Niños” retrata una sociedad donde
la tecnología ha dejado de ser un medio para expresar emociones y se ha convertido en el
comienzo del fin de todas ellas, ahora ocultas bajo “perfiles” o “avatars” y que cada vez se van extinguiendo hasta parecer aquel diminuto y pálido punto azul.

Mi calificación: MARTES

Lunes: Piola como para empezar la semana.
Martes: Su 2x1 para apoyar al cine.
Miércoles: Buena previa para el Juergues.
Jueves: Vale la pena sus 15 luquitas.
Viernes: Empilando el finde.

domingo, 21 de diciembre de 2014

LA VIDA EN 25 MINUTOS: "ALUMBRAMIENTO" Y "POSTALES DESDE LA LUNA".


"Hacer cine para mí es como una necesidad de la naturaleza, una necesidad que se puede comparar al hambre y la sed. Algunos alcanzan la auto-expresión escribiendo libros, escalando montañas, pegando a sus hijos o bailando la samba. Pues resulta que yo me expreso haciendo películas". 
Ingmar Bergman
Para quienes compartimos la mismas necesidades fisiológicas que el maestro Bergman, el cine ha sido, es y será la única manera de dar a conocer el punto de vista que hemos desarrollado con el paso de los años. Ya sea a través de una experiencia académica o experimental, no hay duda que el mayor deseo de quien decide sumergirse en un océano de escaletas, secuencias y focos es llegar a ese largometraje que no solo exprese nuestras inquietudes personales sino que además permita al espectador resolver las suyas, así sea por unas cuantas horas. 

Pues vamos, ¡hagamos una peli! No, espera. 

Hay fases para cualquier cineasta en busca de un lenguaje y estilo propios. Uno de ellos, tal vez el más natural, es el cortometraje, cuya duración (aprox. 30 minutos) permite entrenar nuestra capacidad para dosificar, contar y transmitir una historia. 

Es así que, con algún tiempo extra por las benditas "vacaciones", me animo a compartir dos de los mejores cortometrajes que he visto en mis 29 añitos, ambos realizados con una estilizada minuciosidad. Veamos.


ALUMBRAMIENTO

Lifeline

Victor Erice, 2002

La escasa, pero sustancial, obra de Víctor Erice suele ser identificada con cintas como “El Espíritu de la Colmena” (1973), “El Sur” (1983) o “El Sol del Membrillo” (1992), todas con un sello tan personal como su posterior importancia para la historia del cine español. Pero para aquellos que busquen una obra más contemporáneas del artista vizcaíno, el cortometraje “Alumbramiento” (2002) es una de carácter obligatorio, no solo por sus proezas técnicas de montaje y fotografía, sino también por esa inquietante atmósfera desarrollada a medida que vamos viendo, fundido a fundido, el desangre umbilical de un bebe recién nacido.





¿Cómo se puede criticar lo visto? Probablemente sería ideal comentar la importancia de las teorías de Lev Kuleshov con respecto a la manipulable percepción del espectador según los planos que se le vaya mostrando. Se podría también mencionar el estupendo manejo del tiempo como temática principal y su relación a la herida abierta de una nueva generación, libre de conflictos y muerte, que es finalmente cerrada bajo la atenta mirada de hombres, mujeres, ancianos y niños. 

El rol de Elías Querejeta representa un vital complemento, siendo el diseño de producción importante para crear esa atmósfera campestre y fraterna en un pueblo al norte de España. Pero qué sería de “Alumbramiento” sin aquella hermosa secuencia final, donde la hedónica voz de Ana Sofía Liaño sirve como herramienta de dilatación temporal (increíble que solo dure 1:25 minutos) y como vínculo emocional entre todos los personajes.





Habiendo sido rodada como parte del largometraje “Ten Minutes Older: The Visions of Time” (2002), donde cineastas de la talla de Kaurismaki, Herzog o Wenders debían retratar lo que el tiempo significa para ellos en escasos 10 minutos, “Alumbramiento” (o “Lifeline”, si lo prefiere en inglés) es una irrefutable prueba de lo que el cine es capaz cuando las imágenes presentan algo muy escaso en nuestros tiempos: Sentimiento.


POSTALES DESDE LA LUNA

Postcards from the moon

Juan Francisco Viruega, 2012


El imponente Cabo de Gata ha sido inmortalizado en un sinfín de producciones cinematográficas, entre las cuales destacan "Lawrence de Arabia" (1962), "La Colina" (1965), "Indiana Jones y la última cruzada" (1989) y la reciente "Exodus" (2014). De este modo, la relación entre el cine y el mencionado paisaje almeriense ha sido tan natural como la belleza que este preside, lo cual permitió que, allá por el 2012, un joven director tuviera la visión de situar allí la historia de Louis y Julien, dos hermanos cuyo retorno a casa traerá consigo recuerdos de una infancia feliz.



Con una estructura basada en un juego de flashbacks cuidadosamente planificados y montados, Viruega sabe matizar el desarrollo de su historia con detalles que la enriquecen aún más de lo que narrativamente plantea. La fotografía de Álvaro Martín Blanco sabe darse su lugar frente a la maravillosa luz natural, complementandola con una paleta cromática definida por el ocre (presente) y azul (pasado), dejándole al rojo una importante presencia como punto de color en el vestuario y escenografía.

Si dejamos de lado los ya mencionados aspectos técnicos, "Postales..." presenta un lenguaje que genera ese ansiado vínculo con el espectador, ya sea por la correcta decisión de elegir a Julien (sólido Xavier Lafitte) como el relator de la historia (lo cual permite entender las razones que motivan su accionar final) o por darle a Louis una reactividad justificada en la estrecha relación con su madre.









"Postales desde la Luna" representa el segundo y más completo cortometraje de Viruega, 
quien completaría su incursión en el género con la galardonada "Solsticio" (2013), habiéndose ya posicionado con "Estocolmo" (2010). En plena escritura de su primer largometraje, solo cabe desear que la filmografía de este joven realizador sea tan entrañable como su querido Cabo de Gata...como aquel mar "donde las tormentas acaban".

viernes, 7 de noviembre de 2014

BIENVENIDOS A...LA DIMENSIÓN SZIFRONIANA.

Bárbara, una famosa actriz, decide viajar a su lejano pueblo natal para visitar a familiares y amigos. Al llegar, propone devolver el cariño recibido en su infancia organizando una obra de teatro el mismo día y hora en el que se llevará a cabo la tradicional fiesta del pueblo. Luego de algunos reclamos por no respetar las costumbres locales, logra convencer a casi todos de ir al auditorio de la vieja escuela pública y disfrutar de su talento. Mientras cientos de invitados, entre niños, adultos y ancianos esperaban impacientes, un avión que pasaba cerca es impactado por un rayo y colapsa en el, ahora desierto, descampado donde iba a celebrarse el tradicional evento. Lo curioso es que, entre los cadáveres, se encuentra el de Bárbara, junto a su asistente personal. Entonces ¿quién es esa chica que, apelando a su carisma, salvo a todo un pueblo de lo que hubiera sido una catástrofe?

Lo que acaban de leer es un resumen de “Ring-a-Ding Girl”, brillante episodio de “The Twilight Zone” (1959-1964), uno de los shows que marcaron mi infancia gracias a la tremenda capacidad de su creador, Rod Serling, por presentar, desarrollar y, especialmente, culminar estupendamente un sinfín de entretenidos microrrelatos que en solo 25 minutos generan emociones poco habituales para la televisión. Es entonces comprensible la contenida emoción que me invadía al finalizar la proyección de “Relatos Salvajes”, cinta conformada por seis microrrelatos (“Pasternak”, “Las Ratas”, “El más Fuerte”, “Bombita”, “La Propuesta” y “Hasta que la muerte nos separe”), todas escritas y dirigidas por el director argentino Damián Szifrón, quien en 122 minutos sabe definir a cada uno de sus personajes en el estado más natural posible: El animal. 

Los pasajeros de un tranquilo vuelo comercial comienzan a preocuparse cuando, luego de algunas extraordinarias confesiones, se enteran que en algún punto de su vida han tenido la mala suerte de conocer a un tal “Pasternak”, quien se las ha ingeniado para encerrarse en la cabina del piloto con intenciones poco pacíficas. De todas las historias, probablemente la de mayor mérito interpretativo sea esta, ya que no hay tiempo para cuestionar la verosimilitud de los hechos cuando tenemos a actores que los retratan de manera tan estupenda como Darío Grandinetti y María Marull. Como tampoco lo hay en “Las Ratas” y “El más fuerte”, donde una carretera hace de hilo conductor entre la tragedia de una experimentada cocinera (brillante Rita Cortese) y un pedante ejecutivo (Leonardo Sbaraglia), respectivamente.





Tan importante como la calidad de las historias es el orden en que son presentadas, siendo estas tres las menos complejas en lo que a trama respecta, dejando para las posteriores conflictos más maduros y universales, como sucede en “Bombita”, donde Ricardo Darín interpreta al ingeniero Simon Fisher, cuya vida cambiará al verse atrapado en el círculo vicioso propio de toda sociedad burocratizada y corrupta, algo con lo que todos, sin excepción, podemos sentirnos identificados. 

Un excelente y muy temático diseño de producción potencian “La propuesta”, donde un terrible homicidio sacará a flote la asquerosa impunidad de las clases sociales más altas. Oscar Martínez y Osmar Núñez se lucen como el padre y el abogado, respectivamente, en una historia que sabe mostrarnos (y común) el punto de vista que conocemos (el de los medios) y aquel que imaginamos (la negociación con el funcionario estatal). Sin duda, mi favorita.


















¿Cuál es el valor del matrimonio? ¿Por qué hacer de algo tan íntimo y binomial un magnánimo evento donde el compromiso importa menos que el vestido, los invitados o la revista que publicará las benditas fotos? Parece ser eso lo que propone “Hasta que la muerte nos separe”, donde es importante notar el estado físico y emocional de los novios al inicio y final de una historia dominada enteramente por una impecable Érica Rivas.

Rabiosamente aplaudida en el Festival de Cannes, el éxito de “Relatos Salvajes”radica en mostrarnos situaciones que todos hemos imaginado protagonizar, jugando siempre con el día a día y manteniendo esa importante y característica disección social de una argentina que ha hecho del cine su mayor, y más conocido, activo cultural.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

LA PERFECCIÓN DE FINCHER

Como sucedió con David Lynch, la Escuela Universitaria de Artes y Espectáculos TAI me brinda la oportunidad de escribir sobre una de las personalidades más importantes del mundo audiovisual. Hablo del aclamado director estadounidense David Fincher, quien visitó las instalaciones de la escuela para impartir una exclusiva master class a raíz de la promoción de “Gone Girl”, su última producción.

Nativo de Denver, Colorado, Fincher presenta una de las carreras más sólidas del medio, desde películas de culto como “Seven” (1995) y “Fight Club” (1999) hasta éxitos comerciales y de crítica como “The Social Network” (2010) y “The Girl With The Dragon Tattoo” (2011). Es así que, luego de analizar su filmografía, comparto una revisión de los títulos que más han influido en mi visión académica y emocional del más bello de los artes: el cine.

“WHAT´S IN THE BOX?”

Esa lluvia. Esa inquietante, opresora e incesante lluvia que acompaña a los agentes Somerset y Mills en la búsqueda de un asesino en serie cuyos crímenes son inspirados por los siete pecados capitales. “Se7en” (1995), thriller protagonizado por Morgan Freeman, Brad Pitt y Kevin Spacey, no solo significó el regreso de Fincher a la silla de dirección cinematográfica luego de la agonizante “Alien 3” (1992), sino que además permitió al entonces joven artista gozar de la libertad creativa que tanto anhelaba para hacer de éste uno de los mejores títulos que el género pueda ofrecer.



“...Fincher presenta una de las carreras más sólidas del medio, desde
películas de culto como ´Seven´ (1995) y ´Fight Club´ (1999) hasta éxitos
comerciales y de crítica como ´The Social Network´ (2010) y
´The Girl With The Dragon Tattoo´ (2011)...”

Con un fantástico guión de Andrew Kevin Walker, “Se7en” permite apreciar ciertos elementos que serán característicos en las producciones de Fincher, tales como planos cenitales de seguimiento, el ocre como color predominante en la gama cromática, gran sinergia con su contraparte musical (Howard Shore) y una capacidad para saber retratar el tema central de la historia en cada una de las secuencias, de las cuales es fácil deducir mi favorita si ponen atención al título de esta opinión.

“I NEED...I NEED TO KNOW WHO HE IS!!”

Impresionados por “Seven”, James Vanderbilt y Bradley J. Fischer se contactaron con Fincher para que se encargue de dirigir su versión de “Zodiac”, basada en la novela escrita por Robert Graysmith y que relata una serie de asesinatos que aterrorizaron San Francisco hacia finales de los 60´s.

Dos factores a resaltar:

Estructura: Ante una cinta de tan larga duración, hay que tener muy claro el tipo y cantidad de información a tratar en cada uno de los tres actos fílmicos (inicio, desarrollo y desenlace). Conociendo esto, Fincher magnifica la tensión al presentarnos la reacción de varios personajes a los asesinatos del primer acto, de modo que en el segundo y tercero solo podamos enfocarnos en uno o dos personajes a la vez, sea Graysmith (Gyllenhaal), Toschi (Ruffalo) o Avery (Downey Jr.), logrando que los 167 minutos transcurran de la manera más fluida posible.



“El oscarizado guión de Aaron Sorkin desnuda a nuestro protagonista, la
interpretación de Jesse Eisenberg le da vida, el estilo de Fincher lo minimiza
y la quirúrgica música de Ross y Reznor lo definen como el oscuro personaje
en la desesperada búsqueda de algo que importe.”

Estilo: De todas las secuencias iniciales que he visto, la de “Zodiac” es, quizá, mi favorita, creando primero una ligera empatía con dos jóvenes amantes para que, justo cuando la situación se tornaba cómoda para ellos y el espectador, sean asesinados con una frialdad solo superada por las ejecuciones venideras, en las cuales Fincher se da el lujo de mostrarnos lo que no queremos ver. Como diría mi profesor de guión: Lógico pero inesperado.

“DROP THE ´THE´. JUST ´FACEBOOK´. IT´S CLEANER”


Amistad, lealtad y poder. Estos son algunos de los calificativos que definen “The Social Network” (2010), cinta que relata el surgimiento de Facebook y la batalla legal de su fundador, Mark Zuckerberg, por ser reconocido como tal.



El “quizá” de mi opinión sobre la secuencia inicial de “Zodiac” se debe a la vista en este filme: El oscarizado guión de Aaron Sorkin desnuda a nuestro protagonista, la interpretación de Jesse Eisenberg le da vida, el estilo de Fincher lo minimiza y la quirúrgica música de Ross y Reznor lo definen como el oscuro personaje en la desesperada búsqueda de algo que “importe”. Una maravilla.

Pocas veces se tiene la oportunidad de conocer a maestros del cine como Fincher, alguien que ha hecho del perfeccionismo una marca registrada en cualquiera de las producciones que aborda, sean anuncios publicitarios, videoclips o películas. Ahora nos deleita con “Gone Girl”, la cual, estoy seguro, hará que hasta el menos fanático de su trabajo se levante de su butaca diciendo: “Que bello es el cine”.

miércoles, 13 de agosto de 2014

OPINIÓN: EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS

Sinopsis: Luego de liderar el escape de los simios y refugiarse en el bosque Muir, César tiene la difícil misión de mantener la paz entre los suyos y los sobrevivientes a la influenza simia, virus que ha aniquilado gran parte de la raza humana.


Opinión: El pequeño Matt jugaba con la cámara Super 8 que su padre le había regalado en su octavo cumpleaños. Mientras dirigía a algunos de sus amigos, ya comenzaba a realizar sus propias películas convencido de lo que quería hacer por el resto de su vida. No pasó mucho tiempo, tan solo 5 años, para que Matt conociera a Jeffrey, naciendo así una amistad tan fuerte como la pasión que ambos compartían por el más maravilloso de los artes: El Cine.


Luego del (innecesario) remake “Let The Right One In” (2010), Matt Reeves toma la posta dejada por Rupert Wyatt ("El Origen del Planeta los Simios") y se adentra a una de las franquicias más emblemáticas y taquilleras de la historia, con una secuela donde seguimos la historia de César (espectacular Andy Serkis) y su intento por liderar una nueva generación de simios evitando cualquier conflicto con la diezmada raza humana. Teniendo en cuenta que las segundas partes de cualquier trilogía tienden a consolidar una historia ya presentada en la primera, Reeves tenía en sus manos una tremenda responsabilidad. Felizmente para nosotros, el director neoyorkino lo entendió así, brindándonos el que hasta ahora parece ser el blockbuster del verano (aguardando lo que haga James Gunn con sus “Guardianes de la Galaxia”).



Siempre he considerado los segundos iniciales de vital importancia para generar interés en aquello que el director quiere transmitir. En este caso, Reeves no decepcionó: la película abre con la imponente mirada de César a cámara para luego ir abriéndose hasta develar al resto de simios esperando una orden de su gran líder, siendo así como se presenta un elemento que ha sido determinante para el éxito de esta película: Punto de Vista. Si en la cinta de Wyatt la historia es contada, en su gran mayoría, desde la perspectiva humana (utilizando para ello el conflicto moral de Will Rodman, personaje de James Franco) en esta ocasión se destina gran parte del tiempo en explicarnos las relaciones y costumbres de la sociedad simia, donde aparte de César tenemos a su hijo, Ojos Azules (Nick Thurston), el reflexivo Maurice (Karin Konoval) y al vengativo Koba (Toby Kebbell), personajes que lejos de tener un particular desarrollo (a excepción de Koba), sirven para definir la personalidad de nuestro protagonista.



Luego de tan prometedor arranque el ritmo comienza a decaer cuando aparecen los primeros personajes humanos, quienes en el intento por encontrar una fuente energética invaden territorio simio. Jason Clarke (Malcolm), Keri Russell (Ellie) y Gary Oldman (Dreyfus) lideran un millar de sobrevivientes a la influenza simia, quienes lejos de mostrar la determinación vista en los científicos de “El Origen…”, se dedican a llorar y caer en el papel de víctimas bienintencionadas, reactivas ante lo que los simios decidan hacer con ellos. De todos, tal vez los únicos que generaron cierto interés fueron quienes, lamentablemente, pierden la vida: Dreyfus (Oldman) y Carver (Kirk Acevedo).


Como todo buen blockbuster, “El Amanecer…” presenta estupendos momentos que ayudan a generar un giro en la historia o motivan el accionar de algún personaje. Sea el conmovedor retorno de César a casa, la brutal traición de Koba o la batalla final entre ambos en el lugar más elevado de San Francisco; todos son ejecutados de manera brillante y con el siempre escalofriante aporte musical del maestro Michael Giacchino, quien ya nos ha endulzado la vida en películas como “UP” (2009), “Super 8” (2011) y, mi favorita, “Los Increíbles” (2004); y que en esta ocasión nos deleita con pistas como “Close Encounters of the Furred Kind” o “Level Plaguing Field”.



Si en las primeras ediciones de esta franquicia (allá por los 70´s) el trabajo del gran John Chambers significó un antes y después para la industria del maquillaje en cine y televisión, no sería exagerado decir que lo logrado por WETA Digital en esta nueva trilogía constituye una verdadera revolución. El diseño de los simios y su interacción con un entorno natural (a diferencia de, por ejemplo, la fantasía en “El Señor de los Anillos” o “Avatar”) está logrado a un nivel nunca antes visto, facilitando enormemente la labor de Reeves teniendo en cuenta que son los primates quienes llevaron todo el peso dramático.


En plena escritura de la tercera y ¿última? entrega, Matt Reeves se consolida como una interesante opción creativa capaz de manejar cintas de diversos géneros y escala (véase “Let the right one in” y “Cloverfield”). Quien sabe, tal vez alguna de ellas pueda inspirar a niños que, como él y Jeffrey, solo quieran coger una cámara y jugar a ser directores.


Nota: Si quieren saber lo que sucedió con Jeffrey, den click aquí.


Mi calificación: VIERNES

Lunes: Piola como para empezar la semana.
Martes: Su 2x1 para apoyar al cine noma.
Miércoles: Entretenida como para prepararse a los estrenos del Jueves.
Jueves: Vale la pena sus 15 luquitas.
Viernes: Empiladora para comenzar el fin de semana.



jueves, 3 de julio de 2014

10.000 km: FRAGMENTOS DE UN AMOR FRAGMENTADO.

Es así como Carlos Marquet-Marcet define su Ópera Prima, la cual estuvo muchos años en desarrollo (especialmente en la escritura del guión) y que se ha convertido en una de las películas españolas más comentadas de los últimos meses, no sólo por los premios obtenidos en el Festival de Málaga (Mejor película, director y actriz) y el SXSW de Austin (Mejor actor y actriz), sino por representar una manera eficaz de hacer buen cine.


Desde la primera secuencia podemos ver el intento del director catalán por adentrar al público en una historia ya vista en otras ocasiones pero que podía ser tratada de una manera diferente. En ella conocemos a Alexandra y Jordi, una joven pareja en busca de un hijo que pueda consolidar su longeva relación. Esta idílica situación es rota cuando ella recibe un correo electrónico, informando que ha ganado una beca para estudiar en la lejana ciudad de Los Ángeles. Al ser rodada en un cuidado plano secuencia, la identificación con el espectador es mucho más efectiva, logrando además cierto aire de pertenencia en el espacio fílmico, algo básico para el tipo de historia que estamos a punto de vivir.


“Al ser rodada en un cuidado plano secuencia, la identificación con
el espectador es mucho más efectiva, logrando además cierto aire
de pertenencia en el espacio fílmico, algo básico para el tipo de
historia que estamos a punto de vivir”


¿Qué nos cuenta Marquet-Marcet? Bajo el tapiz comercial de la “historia de amor”, encontramos a dos personajes que tratan de sobrellevar el vacío emocional generado por su obligada separación, intentando que una sesión de Skype o Whatsapp pueda reemplazar los detalles que hacían de sus mañanas tan especiales. Lavarse los dientes de manera cómplice o compartir un juguetón desayuno son algunos de esos momentos, ambos logrados con una tremenda naturalidad, lo cual nos habla de un buen trabajo de planificación, pero uno mejor de interpretación.




Natalia Tena (Alexandra) y David Verdaguer (Jordi) cumplen la compleja misión de protagonizar la cinta desde el primer hasta el último fotograma, cada uno pasando por etapas diferentes al hacerse la separación efectiva: La emoción e incertidumbre de Alexandra, naturales ante una nueva experiencia, contrastan con la desidia de Jordi, quien al quedarse en el piso que ambos compartían en Barcelona es preso de los recuerdos y la inseguridad.


“La emoción e incertidumbre de Alexandra, naturales ante una nueva
experiencia, contrastan con la desidia de Jordi, quien al quedarse
en el piso que ambos compartían en Barcelona, es preso de los
recuerdos y la inseguridad”


Todas estas sensaciones son presentadas bajo un montaje episódico, otorgando un ritmo pausado y digerible a la película, evitando que se pierda expectativa por la situación de ambos personajes a medida que avanza la historia. Para complementar esto, es importante mencionar el Diseño de Arte, logrando que el departamento angelino de Natalia pase de ser un lugar pequeño y desolador a un espacio con vida propia y que permita suponer las intenciones del personaje.



En tiempos donde la tecnología ha reemplazado los detalles más mundanos,  ¿Es posible sostener una relación a distancia? Aquí no se plantea el problema de la separación física, sino el hecho de que ésta haga que dejemos de conocer a nuestra pareja, algo muy bien representado en la secuencia final, donde vemos que entre Natalia y Jordi ya no hay 10.000 km. Ya no hay nada.

martes, 25 de febrero de 2014

RETROSPECTIVA “BERLINALE 2014”: TROPA DE ÉLITE (OSO DE ORO 2008)




Miércoles 6 de Febrero.

“Ahora estás aquí, en Platz der Luftbrücke. Lo único que debes hacer es tomar el metro U6 con dirección a Alt-Tegel, bajarte en Stadtmitte, cambiar al metro U2 con dirección a Ruhleben, bajarte en Potsdamer Platz y caminar hasta el Sony Center. Si logras esto, sabrás cómo llegar al Zoo Palast de Zoologischer Garten y al Colosseum de Schönhauser Allee”.

Bienvenido a Berlín.

Camino al Berlinale Palast (un enorme teatro condicionado para las premieres del festival) comenzaba a sentir dos cosas: La gelidez de la capital alemana y la emoción de presenciar uno de los encuentros cinematográficos más importantes del mundo, a la par de Cannes, San Sebastián, Venecia o Mar del Plata (aunque no puedo negar la tremenda ilusión que me generan Londres y Toronto). Desde documentales experimentales (Sección Forum) hasta largometrajes que aún no han sido estrenados fuera de su país de origen (Competición oficial), todos conforman un centenar de proyectos que a lo largo de 11 días son presentados con un solo fin: obtener el prestigioso “Oso de Oro”.


Y que mejor manera de empezar esta crónica que recordando algunas de las cintas premiadas con el dorado mamífero, desde la intensa “Tropa de Élite” (2008), pasando por las genealógicas “La Teta Asustada” (2010) y “Nader y Simin: Una Separación” (2009), hasta la teatral “El Cesar Debe Morir” (2012), todas con un claro compromiso social y una particular manera de retratar ciertas realidades que permitan definir a los personajes incluso antes de ser presentados. Comencemos.

Sinopsis: Ambientada en 1997, “Tropa de Élite” cuenta la historia del capitán de las fuerzas especiales BOPE, Roberto Nascimento, en su intento por apaciguar la delincuencia de la favela Morro Du Turano, ubicada en Rio de Janeiro, ante la inminente visita del Papa Juan Pablo II. A medida que la historia va desarrollándose, Nascimento no solo es víctima de las presiones políticas propias de su compleja misión, sino también aquellas personales y profesionales, a punto de ser un padre por primera vez y buscando un sucesor a su cargo, respectivamente.

Opinión: Allá por el año 2003 llegaba a mis oídos una película recomendada por tantas personas, que solo necesité de algunos días para darle una oportunidad. “Ciudad de Dios” (2002) cuenta la historia de Buscapé, un adolescente que debe compaginar su pasión por la fotografía con el instinto de supervivencia propio de los habitantes de una peligrosa favela. Desde aquel día hasta hace dos semanas, si alguien me pedía un referente del cine brasileño, lo primero que venía a mi mente era esta sensacional obra de arte. Hoy, mi respuesta es otra.

Teniendo como herencia las inquietudes sociales que el “Cinema Novo” masificó entre las décadas de los 50 y 60, José Padilha abarca su primera obra de ficción (luego de los documentales “Omnibus 174” y “Brazil´s Vanishing Boys”) enfocándose en un tema tan sensible como rutinario, a nivel local y regional: El círculo vicioso imperante en las clases sociales más bajas (pobreza, delincuencia, narcotráfico y corrupción). Lo que más resalta de esta película no es su contenido, sino la manera de ser contado, apelando a un montaje que desde los títulos de crédito iniciales nos da cierta idea del vertiginoso ritmo narrativo, planos de larga duración y rápidos movimientos con cámara al hombro siguiendo a los protagonistas sin darse tiempo de describir el lugar donde ocurre la acción. Todos estos elementos brindan una ligera pero necesaria vena documental, teniendo en cuenta la temática propuesta. Si han visto “Bloody Sunday” (2002) del  talentoso Paul Greengrass (también ganadora del Oso de Oro) podrán saber con mayor certeza a lo que me refiero.


Si bien he mencionado que el contenido es menos impactante que la forma, no quiero menospreciar el talento de Padilha por hacer que la transición entre la presentación y el desenlace del filme sea lo mejor, definiendo a cada personaje mediante situaciones de conflicto originadas por factores tan mundanos e identificables como el amor, el deber y la ética. El primero de ellos se ve reflejado más claramente en el aspirante Matías, encarnado sólidamente por el actor André Ramiro, oficial que debe decidir entre los sentimientos hacia una bella activista y el compromiso cívico hacia su podrida comunidad. El deber, en su faceta más cegadora y obsesiva, lo vemos en Neto, amigo de Matías y quien comparte la misma pasión por el “olor a napalm en la mañana” que tenía el recordado coronel teniente Bill Kilgore. Y luego tenemos al capitán Nascimento. Permítanme una pausa por favor.


Wagner Moura, a quien hemos visto recientemente en la sólida “Elysium” (2013), brinda una sensacional interpretación como el capitán Roberto Nascimento. Considero de suma importancia la manera en la que un personaje es presentado, más aún si es protagonista, ya que un solo fotograma es suficiente para describirlo por completo. En este caso, las primeras frases de Nascimento (que no sean en off) son de autoridad, utilizando el dedo índice como clara señal de dominancia y poder, una tendencia que a lo largo de los 120 minutos solo se verá resquebrajada en contextos tan íntimos y vulnerables como el seno familiar.


Todas estás características se ven exponencialmente aumentadas cuando presentan la mano de un director que sabe lo que quiere y no teme romper ciertas reglas bíblicas del cine (bendito eje) con tal de generar en los espectadores el conflicto de los personajes. Los desgarradores interrogatorios de Nascimento, el emotivo encuentro con su hijo y el subjetivo desenlace son tres sencillos pero eficaces ejemplos de esto, constituyendo solo tres cerezas de un delicioso y muy adictivo pastel (la he visto ya 3 veces).

Comenzar con “Tropa de Élite” no responde a un orden cronológico, sino al hecho de ser la más digerible y mediática de las cuatro películas que serán parte de esta pequeña reseña. Cada una con diferente ejecución, pero compartiendo algo tan imprescindible como escaso: Un punto de vista social que sirva como herramienta de cambio.