martes, 4 de junio de 2013

FESTIVAL IMAGINEINDIA 2013: KURAMAVATHARA (THE TORTOISE, AN INCARNATION)

Inmerso entre películas francesas, italianas, norteamericanas y japonesas, aquellas de origen indio no eran precisamente de mi elección cada vez que me proponía pasar una tranquila tarde madrileña. A pesar de esto, el éxito de ''Slumdog Millionaire'', cinta dirigida por Danny Boyle, generó alguna inquietud en mí pero sin que se transformará en un auténtico interés por esta industria. Sin embargo, luego de enterarme que el festival ImagineIndia tendría lugar en Madrid, no dude en animarme a conocer el cine indio en una faceta mucho más independiente que aquella mundialmente conocida como Bollywood. Vale la pena mencionar que si bien Bollywood representa la cara del cine indio para el mundo occidental, solo contiene la cuarta parte del total de películas que se realizan en el mencionado país.

Teniendo como opción las cintas que competían por el ''Chakra de Oro'', cortometrajes, documentales, una selección de filmes australianos sobre aborígenes, un film gitano y una retrospectiva de Walter Heynowski y Gerhard Scheumman, decidí asistir a la proyección del filme ''Kuramavathara'' (The Tortoise, an incarnation) del director Girish Kasaravalli, ganador de múltiples premios nacionales de cine, dentro de los cuales hubo dos que llamaron mucho mi atención y con los cuales me identifico: ''Mejor Película de Escuela'' y ''Premio Nacional al Mejor Cortometraje de Ficción'', ambos por Avashesh. Luego de algunas palabras de los embajadores de India y Vietman (este último, criticando seriamente la imagen que Hollywood proyecta de su país) se pasó a la proyección correspondiente. 

''Kuramavathara'' trata sobre la vida de un humilde empleado del estado que se ve presionado por su familia a participar en una serie autobiográfica sobre el pensador indio Mahatma Ghandi. A pesar de poseer un gran parecido físico, se niega aduciendo que no es actor y que está contento con la tranquila vida que su burocrático y monótono trabajo otorga. Finalmente cede, y es ahí cuando la película verdaderamente comienza, ya que podemos ver como la filosofía de Ghandi cala en su forma de pensar y comportarse. Ante esto, surge una pregunta: ¿Es posible pensar en una real influencia de Ghandi en un mundo moderno y lleno de actitudes egoístas y prejuiciosas? Es realmente interesante como el director utiliza a la familia del protagonista para darnos a entender que aquellas influencias negativas y que nos alejan de lo verdaderamente importante, estan más cerca de lo que pensamos. Además de esto, también vemos como la privilegiada posición mediática del protagonista, va atrayendo ciertos parásitos con intenciones no muy transparentes. 





Shikaripura Krishnamurty es Rao, anciano protagonista quien a su vez debe personificar a Ghandi. El parecido físico es excepcional, lo cual se complementa muy bien con una conmovedora y muy lograda expresión al momento de retratar aquellos momentos de angustia y sufrimiento del pensador, siendo tal vez el más fuerte de ellos la muerte su esposa, Kasturba Ghandi, interpretada eficazmente por la actriz Jayanthi. El resto del elenco trabaja en gran parte para que podamos ver la batalla moral que Rao libra  no solo por ''interpretar'' a Ghandi, sino también por actualizar aquellas enseñanzas que el maestro dejó y que nuevas generaciones han olvidado.

Aparte de coger la imagen de Ghandi como herramienta para apreciar el desarrollo del personaje, también hay cierto paralelismo entre la vida de Rao y la leyenda de Kurmá Puraná, la encarnación tortuga del dios Vishnú. La leyenda dice: ''Hubo un tiempo en que tanto los dioses como los demonios deseaban el néctar de la inmortalidad. Por consejo de Vishnu establecieron un pacto de cooperación. Vishnu les dijo que pusieran todo tipo de cereales, hortalizas, hierbas y plantas en el océano de leche y lo batieran. Para batir el océano tenían que servirse de la montaña de oro, Mandara, como batidor, y de la serpiente gigante, Vasuki, como soga. Cogiendo la montaña y rodeándola con la serpiente, los demonios sostenían a ésta por la cabeza y los dioses por la cola.




Intentaron batir, pero la montaña se hundió en el océano y Vishnu se apareció en forma de la tortuga gigante Kurma para llevar la montaña a sus espaldas, lo cual ocasionó que su caparazón se quebrara. Sirviéndose de Kurma como punto de apoyo, empezaron a batir. Lo primero que se produjo fue un veneno mortal que Shiva bebió. Siguieron batiendo y finalmente el océano produjo el néctar de la inmortalidad. Ambos grupos lo querían y se inició una disputa. Vishnu acudió a ponerse de parte de los dioses y les ayudó a conseguir el néctar. Los demonios, al advertir que lo habían perdido, atacaron a los dioses, pero tras una terrible batalla finalmente fueron derrotados.''

Aquel sacrificio de Vishnu por sostener la montaña en la cual se debatían dioses y demonios por el néctar de la inmortalidad es representado de gran manera en la involución que experimenta la vida de Rao, quien no solo debe aguantar los conflictos que su nuevo trabajo le ha ocasionado con su familia y conocidos, sino también debe vivir con la frustración de no seguir un camino que su fallecida esposa hubiera querido para él.




  En lo que al apartado técnico se refiere, la cinta presenta ciertos defectos de montaje que, a pesar de no afectar la continuidad, causan cierta sorpresa al saber que estamos ante uno de los competidores por el galardón oficial. La música brinda cierto toque de dramatismo y rompe la monotonía de algunos momentos del filme. Me gustaría agregar que no tenía conocimiento alguno sobre el tipo de cine que Kasaravalli practicaba, lo cual jugó en mi contra al estar acostumbrado a una dirección más vertiginosa y menos estática. Además, puedo presentir que tomar al personaje con las costumbres más simplistas y mundanas posibles pueda generar cierta identificación por parte de la audiencia india, lo que me recuerda las influencias neo-realistas del director, con Fellini como principal abanderado.

Luego de dos largas horas de film, mi reacción inicial a ''Kuramavathara'' no fue tan significativa como los posteriores días permitieron que lo fuera. Es una película larga y con un ritmo lento, pero puede llegar a utilizar estos elementos para que sintamos como el protagonista se consume hasta llegar al punto donde su cuerpo ya no aguanta lo que su alma sí. Y es precisamente esto último lo que define al ser humano: la posibilidad de trascender más allá de lo físico, hacia lo espiritual. Gandhi lo hizo. ¿Nosotros?



  
‘’Aquellas personas que no estén dispuestas a pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales. ’’

Mahatma Gandhi


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